Raúl Morales

Presidente de Soltec Energías Renovables

“No tiene sentido que haya un monopolio natural de la red de distribución”

¿Justifica el endeudamiento del Estado el parón en seco que se ha dado al apoyo a las renovables?

No. De hecho, estamos en un momento en que ocurre lo contrario, es decir, es más económico producir con energías renovables, en especial con la eólica y la solar, que con energía sucia, pero hay un interés de todo un grupo de presión de estas grandes energéticas por no perder el oligopolio al que nos tienen sometidos.

¿Pueden ser las renovables la clave para que baje el precio de la factura de la luz?

Por supuesto. De hecho, muchos países están en una transición de modelo energético, y, por ejemplo, Estados Unidos está apostando de manera masiva por la energía solar. En España, como vamos siempre con retraso en este tipo de ideas, ahora decidimos que lo que funciona bien es el fracking y ésa no es la solución. El objetivo del Gobierno actual es parar a toda costa el desarrollo de la energía renovable, a favor de la energía convencional y del lobby eléctrico o energético.

¿Qué peso debería tener la energía renovable en nuestro mix energético?

En la red eléctrica, en muchos momentos estamos alrededor del 40% y se podría llegar incluso al 70–80%. Siempre pensamos en la electricidad, pero también el gas y la automoción pueden ser sustituidos por la energía renovable, en este caso tanto biomasa como térmica, e ir moviendo la automoción hacia el coche eléctrico, que sería una solución. Empresas, como Apple y Google ya están utilizándolas; y aquí es una curiosidad. En España van a poner ahora en Barcelona el primer supercargador de Tesla Motors.

¿Qué oportunidades ve el sector de posicionarse no solo en Europa?

A día de hoy, sería muy sencillo hacer una interconexión entre Grecia, Portugal, España e Italia y ser los suministradores de energía eléctrica solar de Europa. Con el proyecto Desertec se planeaba llenar todo el Norte de África de paneles solares, en este caso, termoeléctricos.

No parece muy lógico poner centrales de energía solar de concentración termoeléctrica en países políticamente inestables, cuando se podría hacer con fotovoltaica en España y Portugal y subir esa energía al resto de Europa.

¿Qué oportunidades encuentran las empresas españolas en el extranjero?

Las pocas empresas españolas que todavía están en los mercados internacionales han salido muy fortalecidas de la reducción de los subsidios porque han podido pasar esta travesía desierto. Por suerte hay bastante negocio. Es cuestión de tiempo. El 70–80% de la población vive donde hace sol. Lo que es una rareza en el mundo es vivir en la latitud 60, como ocurre en Europa del Norte. En unos 20 o 30 años, la energía solar va a ser la energía dominante del mundo.

Si fuese ministro de Energía de España, ¿qué tres cosas cambiaría?

Primero, el sistema de la red de distribución española liberalizándolo o nacionalizándolo. No tiene sentido que haya un monopolio natural –como ellos lo llaman, aunque yo no veo que sea muy natural que exista un monopolio– de unas empresas privadas que pagamos obligatoriamente el resto de los españoles. En segundo lugar, fomentaría el uso del sistema eléctrico. No podemos hacer nuevas redes de gas teniendo redes de electricidad, porque casi todo lo que funciona con gas funciona también con electricidad. Y en tercer lugar, fomentaría el coche eléctrico.