Adolfo Menéndez

Presidente de TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio)

“Una nación que prescindiera de esta industria estaría muerta desde la perspectiva industrial”

¿Qué aporta al país la defensa en términos industriales?

Representamos el 6% del PIB industrial, el cual es del 16% en España. En este contexto somos relevantes. Pero creo que lo más importante es el aspecto cualitativo, en el cual representamos todo o casi todo. Existen otras industrias, pero la industria de defensa es la que aporta la última frontera del conocimiento en todos los ámbitos. Una nación que prescindiera de ella estaría muerta desde la perspectiva industrial. Es necesario estar en la última frontera del conocimiento para poder competir con los contendientes.

España está entre los países de la OTAN que menos gastan en defensa.

Como ha ocurrido en la OTAN o en los Consejos Europeos, cuando se marca como referencia un 2% del PIB, lo lógico es que se alcance ese nivel, porque es el correcto y porque es un umbral de inversión necesario. En segundo lugar, debido a las características de la industria, pedimos que los Estados provean claridad, continuidad y celeridad. Es decir, que nos digan claramente cómo se configura la demanda, que haya continuidad—ya que los períodos de amortización de la inversión son muy largos—y que las decisiones se tomen con rapidez. Nosotros no inducimos la demanda, sino que la servimos.

¿Qué papel puede tener España en la definición de esta industria europea de defensa?

Somos el quinto protagonista en el conjunto europeo, cuantitativamente. Cualitativamente estamos aún mejor posicionados por nuestras capacidades de desarrollo. Podemos aportar mucho, algo dicho con humildad pero sin complejos. Nuestros ingenieros y nuestras industrias son perfectamente competitivos. Hay que observar cómo se va moviendo el conjunto y adaptarnos a las circunstancias.

Exportamos en torno a un 65% de lo que producimos en defensa. ¿Cuáles son los puntos fuertes?

Nuestro punto fuerte está en la calidad del producto y en la capacidad de cubrir otros mercados. Para este último el apoyo institucional es muy importante. Por ejemplo, el Gobierno anterior comenzó los mecanismos de exportación de Gobierno a Gobierno. Cuando vamos a cualquier feria recibimos el apoyo correspondiente. El Ministerio de Defensa ha incrementado y reorganizado el apoyo a la exportación. Estas fortalezas no marcan un techo sino un objetivo. También hay debilidades ya que, si Europa o España exportan el 70%, quiere decir que su mercado interior se constriñe. Debe haber un balance entre el mercado interior y la exportación. Estados Unidos exporta alrededor del 15%. Aquí tenemos que encontrar un equilibrio.

¿Debe el Estado ordenar la industria de defensa?

El Estado debe diseñar la demanda que está dispuesto a asumir para que las empresas se puedan ajustar a estas necesidades. Sería el mecanismo más práctico y operativo. Lo contrario sería regresar a la prehistoria. Además, sería necesario recordar que nuestros balances tienen que ser rentables. Si se ordena la demanda, nos encargaremos de adaptarnos.

¿Es necesaria una estrategia española para la industria de defensa?

Es algo bueno. Se han dado pasos importantes y estamos trabajando en otros con las Administraciones. Se han fijado las capacidades industriales por parte del Ministerio de Defensa. Es necesario tener una estrategia entre las Administraciones y la industria. Cuanto más sólida es la colaboración desde el papel que le corresponde a cada uno, más eficiente acaba siendo la industria.